En México, 75% por ciento de la población adulta presenta sobrepeso u obesidad, y en siete entidades (Sonora, Colima, Baja California, Yucatán, Tabasco, Quintana Roo y Campeche) la prevalencia es mayor a 80%, es decir, ocho de cada 10 personas. Reconocer que se trata de una enfermedad permite que se le dé la debida atención: prevención, detección temprana y tratamiento integral, y quitar el estigma sobre las personas que la padecen, a quienes se les considera culpables de su condición, señalaron especialistas en la UNAM.
Esta enfermedad es considerada un problema de salud pública, la cual ha adquirido las proporciones de una epidemia.
De acuerdo con la OMS, 800 millones de personas en el mundo viven con obesidad. Se estima que para el 2030, se alcancen 250 millones de casos, debido al incremento en la obesidad infantil.
Causas
La obesidad y el sobrepeso se origina debido a que existe un desequilibrio energético entre las calorías consumidas y gastadas, es decir, la persona consume alimentos y bebidas con alto contenido energético y no realiza suficiente actividad física.
El sedentarismo, sumado a los patrones alimenticios poco saludables, a una cantidad insuficiente de sueño y altos niveles de estrés son factores que pueden incrementar el riesgo de tener obesidad.
No obstante, estas no son las únicas causas que generan obesidad. Existen algunos síndromes genéticos como el Síndrome de Cohen o de Alström y trastornos endocrinos como el Hipotiroidismo, Síndrome de Cushing o tumores, por mencionar algunos
Además, existen agentes dentro del entorno que también pueden aumentar el riesgo, por ejemplo el factor social de relacionarse en un ambiente poco saludable o seguro, así como el fácil acceso a comidas con exceso de sustancias poco benéficas.
Prevención
La obesidad es prevenible y reversible. Para llevar un estilo de vida saludable es esencial modificar algunos hábitos. Algunos de estos son:
- Reducir la ingesta de alimentos con alto contenido calórico, procedente de azúcares y grasas en exceso.
- Evitar consumir alimentos procesados y ultraprocesados.
- Aumentar el consumo de alimentos naturales como las frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos.
- Preferir el consumo de agua potable por encima de las bebidas que contienen azúcares, tales como jugos, refrescos, aguas saborizadas y lácteos con azúcar.
- Realizar diariamente entre 30 y 60 minutos de actividad física.
- Masticar adecuadamente los alimentos para absorber mejor los nutrientes durante la digestión.
- Dormir entre 7 y 8 horas diarias en condiciones adecuadas.
- Cuando se tiene un bebé, dar lactancia natural exclusiva desde el nacimiento hasta mínimo los seis meses de edad, para reducir el riesgo de sobrepeso y obesidad.
- Enseñar a las y los niños a comer de manera saludable, siguiendo los hábitos mencionados anteriormente.
Si una persona no hace cambios en su estilo de vida, este problema de salud puede ocasionar otras enfermedades crónicas, tales como diabetes, hipertensión, padecimientos cardiovasculares, nefropatías y hasta cáncer.
El Día Mundial contra la Obesidad se conmemora cada 4 de marzo. Fue establecido por la Federación Mundial de la Obesidad en colaboración con sus miembros mundiales.
Esta efeméride tiene el objetivo de aumentar la concientización sobre este padecimiento, aumentar el conocimiento de la enfermedad, luchar contra el estigma del peso y fomentar acciones de prevención y promoción de la salud que generen un incremento de hábitos saludables en la población.
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